Exposición / Museo
Modernidades plurales 1905-1970
23 oct 2013 - 26 ene 2015
El evento ha terminado
El Centro Pompidou presenta por primera vez una historia mundial del arte a través de un recorrido de más de 1.000 obras, con 400 artistas y 47 países representados.
El Centro Pompidou presenta por primera vez una historia mundial del arte a través de un recorrido de más de 1.000 obras, con 400 artistas y 47 países representados. Entrevista a Alain Seban, presidente del Centro Pompidou
El Centro Pompidou se «mundializa». ¿Por qué y cómo?
Alain Seban - Desde que empecé a dirigir el Centro Pompidou en 2007, tuve claro que la reflexión más importante que debíamos llevar adelante era la globalización de la escena artística. La expansión internacional del Centro Pompidou es un objetivo estratégico. Es el reto por antonomasia para un museo de arte contemporáneo del siglo XXI. El arte se ha vuelto global. Nuestra colección pretende ser universal, por lo que debe reflejar esta nueva geografía de la creación y abrirse a las escenas emergentes, debe ofrecer una lectura más amplia de la historia del arte moderno y contemporáneo, una lectura necesariamente plural que ya no puede reducirse a la historia canónica de la modernidad occidental. Esto implica la reorganización del museo y la búsqueda de nuevos medios para ampliar la colección. Hemos decidido centrarnos construir redes de colaboradores por todo el mundo a través de la investigación y la cooperación. Esta apertura se expresa, en primer lugar, mediante una gestión dinámica de las colecciones y una voluntad de apertura hacia los países no occidentales. El programa «Recherche et Mondialisation», creado en 2009, pretende poner en marcha una política de acciones y adquisiciones centrada en los movimientos artísticos emergentes. Esta iniciativa ya ha posibilitado la compra de importantes obras de artistas de América del Sur y de los países del norte de África, del África subsahariana, de Oriente Medio y del sur de Asia. El Centro Pompidou también ha hecho un importante esfuerzo para desarrollar su estrategia de exposiciones itinerantes internacionales y la presentación de sus colecciones en el extranjero. Cuenta con el apoyo de la Centre Pompidou Foundation, que acompaña plenamente la ampliación de nuestra colección. La misión de esta fundación, con sede en Estados Unidos, es promover las donaciones.
¿Cuál es la particularidad de la colección del Centro Pompidou? ¿Cómo ve la evolución del Museo?
AS - El Centro Pompidou conserva la colección de arte moderno y contemporáneo más importante de Europa, la primera del mundo en lo referente al arte moderno y una de las principales si incluimos el periodo contemporáneo. Esta colección ejemplar cuenta con más de 95.000 obras. Renovamos periódicamente —como no lo hace ningún otro museo del mundo— las selecciones de las obras maestras expuestas, según recorridos temáticos y cronológicos específicos, y mostramos las nuevas adquisiciones con regularidad y por periodos amplios. Pero debemos conseguir una gestión de la colección aún más activa. La evolución del museo pasa por una rotación más rápida de las colecciones, más flexible, más dinámica. La diferencia entre las exposiciones permanentes e las itinerantes tiende a atenuarse. Hay que ser ágil: movilizar y exhibir con mucha más fuerza la colección fuera de nuestro recinto —tanto a nivel nacional como internacional—, así como estar presentes en museos ya existentes o en enclaves no museísticos con obras de la colección a través de los proyectos Centre Pompidou Provisoire. La idea es presentar una exposición durante tres o cuatro años con unas cuantas decenas de obras importantes que permitan realizar un recorrido a través del siglo XX. Vamos a aprovechar las técnicas desarrolladas por el Centre Pompidou Mobile —que ha recorrido Francia durante dos años con obras de la colección— en lugares que no tienen porque ser espacios museísticos como monumentos, centros comerciales, universidades... Nuestro museo debe conseguir que su colección sea mucho más vista, tanto en Francia como en el extranjero, y debe darle aún más importancia a la promesa que el Centro Pompidou le hace a sus visitantes y que forma el núcleo de su identidad: contribuir a escribir toda la historia del arte de los siglos XX y XXI; conseguir que el máximo número de personas posible tenga acceso al arte y a las creaciones de nuestro tiempo. La mejor prueba, y la más clara, es la exposición que el Centro Pompidou presenta para la temporada entrante: más de 1.000 obras de la historia mundial del arte, entre 1905 y 1970, a través de las creaciones de 400 artistas de 47 países.
AMÉRICA DEL SUR EN EL LUGAR DE HONOR
América del Sur está presente en numerosas secciones de esta exposición: composición universal, antropofagia, indigenismo, art déco, totemismo, arquitectura de América del Sur, cinetismo y varias salas monográficas. La exposición da fe de la importancia de esta región en la colección: más de 740 obras de 176 artistas procedentes de trece países, entre los que destacan los fondos históricos de Joaquín Torres-García, Wifredo Lam y Roberto Matta. Dos donaciones excepcionales de la artista Gyula Kosice y de la fundación Jesús Rafael Soto, así como numerosas donaciones particulares de obras cinéticas y conceptuales, han contribuido recientemente a una ampliación de la colección, como acredita esta exposición.
COLECCIÓN MUNDO
Por Alfred Pacquement
El desarrollo de una colección internacional ha sido uno de los proyectos iniciales de los responsables del Musée National d’Art Moderne ya que, desde que forma parte del Centro Pompidou, ha estado siempre entre sus objetivos fundacionales. En sus principios, es decir, antes incluso de su creación como museo de arte moderno, coexistían dos instituciones: una dedicada a los artistas franceses (en la Orangerie del Jardín de Luxemburgo) y otra dedicada a las escuelas extranjeras (en el Jeu de Paume de los Jardines de las Tullerías). La creación del Musée National d’Art Moderne y su inauguración en 1947 terminó con esta separación, aunque el museo estaba dedicado principalmente a los artistas aposentados en Francia, que eran particularmente numerosos en la época ya que París acogía a artistas del mundo entero.
El nacimiento del Centro Pompidou propició una decidida apertura internacional: en un principio, hacia el arte norteamericano tan ignorado hasta entonces; aunque también se aprovecharon diversas oportunidades que permitieron que la colección del museo creciese considerablemente. También contribuyeron las sucesivas exposiciones que abarcaban los grandes centros geográficos del planeta —desde Japón hasta América del Sur— hasta la célebre «Magiciens de la terre», una exposición de gran éxito de la que celebraremos el 25 aniversario el año que viene.
Esta política se ha visto amplificada con la globalización del arte, como podemos comprobar hoy en día. No pasa una semana sin que se inaugure una bienal internacional en algún lugar que no formaba parte los grandes circuitos de la cultura contemporánea. Aunque los artistas sigan atados a su lugar de origen, su obra puede viajar con facilidad gracias al desarrollo de las redes y a la difusión de la información. Y aunque muchos de ellos tienen un contacto más o menos permanente con tal o cual capital occidental, siguen manteniendo un vínculo directo con su país; a diferencia de sus predecesores que, a menudo, se instalaban definitivamente en París, Londres o Nueva York. Evidentemente, esta presencia de artistas da origen a una nueva generación de coleccionistas y de galerías e instituciones culturales públicas o —en mayor medida— privadas, que se establecen en los países emergentes. El museo está en contacto con esta nueva red mundial de arte y se embarca en nuevos proyectos con estos interlocutores. Por eso, junto a la Centre Pompidou Foundation —que se dedica activamente a la escena norteamericana y posibilita cantidad de nuevas adquisiciones— se realizan nuevos intercambios a través de la Société des Amis Japonais du Centre Pompidou, la Association América Latina o el Cercle International de la Société des Amis du Musée National d’Art Moderne. Cuantiosas creaciones recientes confirman esta nueva apertura. Se han establecido nuevas relaciones con Sudáfrica y el Líbano, dos escenas artísticas particularmente activas que empiezan a estar bien representadas en la colección. Oriente Medio —un territorio especialmente dinámico— también capta una gran parte de la atención. Europa central y oriental se exploran en detalle, como lo demuestra la reciente exposición «Promesses du passé». El planeta artístico crece, es un fenómeno esencial de nuestra época, y un museo como el nuestro debe dar fe de ello.
UNA EXPOSICIÓN-MANIFIESTO
Por Catherine Grenier
«Modernités plurielles» es una exposición-manifiesto que ofrece una visión renovada y ampliada del arte moderno. El Centro Pompidou profundiza en las riquezas de su colección y presenta por primera vez una historia mundial del arte entre 1905 y 1970. El recorrido, de más de 1.000 obras, con 400 artistas y 47 países representados, hace una relectura enriquecida de la historia del arte y nos sumerge en el corazón de una excepcional diversidad de formas artísticas.
«Modernités plurielles» es una exposición abierta tanto a los distintos países del mundo como a las más variadas estéticas, e ilustra las complejas y dinámicas relaciones entre modernidad e identidad, universalidad y cultura vernácula, que atraviesan la gran aventura del arte moderno. Esta exposición contextual resitúa a los grandes maestros de las vanguardias dentro de las redes de intercambio y rivalidad artística, características de este periodo de cuestionamiento e inventos abundantes. Una exposición multidisciplinar que muestra los cruces y las confluencias entre los distintos tipos de arte —artes plásticas, fotografía, cine, arquitectura, diseño...— y la interacción del arte moderno con las prácticas tradicionales y las expresiones no artísticas. Con una mirada panorámica que engloba tierras y prácticas periféricas o desconocidas, ofrece numerosos descubrimientos y establece nuevas narraciones. Los principales movimientos son revisados, al igual que las constelaciones estéticas más difusas. Así, por ejemplo, las dos configuraciones clásicas de la vida artística cosmopolita parisina —la Primera y la Segunda Escuela de París (pre- y posguerra)— se reconsideran en toda su diversidad. La exposición teje una historia común —atenta a las diferentes experiencias vividas por los artistas de países occidentales y no occidentales— además de ofrecer los referentes históricos necesarios. A tal fin, se adopta un nuevo principio de presentación: junto a las obras se facilita una extensa documentación formada por revistas de arte del mundo entero.
La exposición adopta una perspectiva histórica, por lo que sigue un orden cronológico. Aunque también es testigo de la temporalidad abierta y discontinua que generan los intercambios y procesos de reacción de los artistas a las propuestas formuladas por las vanguardias. Al contrastar la perspectiva canónica —que narra la sucesión lineal de los movimientos— con una historia trazada desde los márgenes y las periferias, la propuesta sustituye la historia de las influencias por una cartografía de conexiones, transferencias y resistencias. Las distintas secciones de las salas —organizadas como microexposiciones— trazan la fortuna internacional de diversos movimientos modernistas (expresionismo, futurismo, constructivismo, etc.) y, a la vez, presentan los movimientos locales nacidos en relación con estos movimientos o como reacción a ellos. Al abarcar el periodo 1950-70, la exposición destaca temáticas transversales (totemismo, «art brut») así como diferentes constelaciones mundiales surgidas alrededor de determinados flujos estéticos —abstracciones construidas e informales, cinetismo, arte conceptual— que continúan hasta la década de 1970. Además de la expansión internacional que caracteriza toda la exposición, también se ofrece un panorama más amplio de la creación estética en el que tienen cabida formas hasta ahora poco representadas o subestimadas. Se dedica una amplia sección a la presentación de la pluralidad de los realismos de los años 1920-1940, que se desarrolla en especial en los países sudamericanos. El movimiento del «realismo mágico» y su influencia internacional se representa junto al surrealismo internacional, cuya presentación se asocia a la figura fundadora de André Breton. Con otro registro, el recorrido presenta varias obras emblemáticas del arte naíf y del «art brut». Por último, el manifiesto interés de los artistas por el arte no occidental, por el arte popular, o incluso por la vida moderna y las artes aplicadas, revive en varias secciones que forman esta «mirada ampliada» característica de la época moderna. Así, por ejemplo, la sala dedicada a los «expresionismos» reúne una amplia gama de artistas —Macke, Kirchner o Nolde, así como Picasso, Matisse o Delaunay— y de formas de arte, recopiladas en el Almanach de El Jinete Azul («Der Blaue Reiter»), creado por Vassily Kandinsky y Franz Marc. La sección dedicada a la donación de Michel Leiris vuelve a asociar por primera vez las obras de arte occidentales de esta colección con las obras de arte no occidentales otorgadas al Musée du Quai Branly cuando tuvo lugar la prestigiosa donación. La escena artística francesa atraía a artistas del mundo entero —que venían a estudiar o exiliados— y fue particularmente cosmopolita hasta la Segunda Guerra Mundial.
El periodo 1950-1970 también conoció un flujo de artistas provenientes de diversas regiones del mundo. La colección del Centro Pompidou conserva el testimonio de esta historia, en la que destacan numerosas obras de diferentes movimientos artísticos que se están redescubriendo ahora. Es el caso específico —tanto del periodo moderno como de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial— de artistas asiáticos, en especial chinos y japoneses, a los que se les dedica una sección. La exposición también saca a la luz la producción artística del Magreb y de Oriente Medio, con un grupo de obras imponente, completado con adquisiciones recientes, que presentamos en su mayoría en la sección dedicada al desarrollo de la abstracción en el periodo 1950-1970. Se muestran por vez primera obras de Baya, Abdelkader Guermaz, Farid Belkahia o Huguette Caland. Destacan las diferentes escenas artísticas de Europa central —más estudiada, aunque insuficientemente conocida aún— de las que ciertos artistas contribuyeron tanto al constructivismo como, más tarde, al arte conceptual. También se pone el acento en artistas de países europeos a veces ignorados, como España, Portugal o los países escandinavos. En cuanto a África, esta presentación incluye por primera vez una sala que evoca las diferentes expresiones artísticas desarrolladas en el periodo 1950-1970, cuya historia documentada todavía tiene que ser escrita.
Los visitantes podrán descubrir más de doscientas obras inéditas de la colección: obras que vuelven a salir a la luz, nuevas adquisiciones y donaciones. La preparación de esta presentación se acompaña de un ambicioso programa de investigación sobre las colecciones, así como de una política activa de adquisiciones. La exposición también da cuenta de la enorme diversidad de una colección de primer orden mundial por su calidad, pero también, aunque se sepa menos, la primera en cuanto al número de países y de artistas representados.
MUJERES ARTISTAS DEL MUNDO ENTERO
Esta historia del arte, abierta a más expresiones artísticas, incluye más obras de mujeres artistas: cuarenta y ocho artistas de diecinueve países diferentes se encuentran representadas en las diferentes secciones de la exposición. Junto a personalidades reconocidas como Natalia Gontcharova o Sonia Delaunay, figuran también otras artistas importantes cuyo papel y obra han sido olvidados o desmerecidos, a pesar de que varias de ellas —como Maria Blanchard, Chana Orloff, Pan Yuliang o Baya— disfrutaran en vida del reconocimiento de sus pares y de visibilidad pública. Junto a estas, obras de Frida Kahlo, Suzanne Roger, Maruja Mallo, Tamara de Lempicka, Alicia Penalba o Behjat Sadr.
EL MUNDO EN REVISTAS
El excepcional fondo documental de la Bibliothèque Kandinsky ha contribuido a construir el recorrido a través de las modernidades para la exposición «Modernités plurielles». Se han asociado revistas de arte de todos los continentes (Ma, Zenit, Proa, Život, Black Orpheus, Souffles) a la presentación de las obras como guía de la visita. Estos documentos, de una formidable calidad plástica, dan fe de las conexiones e intercambios —a veces, disputas— que se dan en una escena del arte moderno ya mucho más globalizada de lo reflejado.
MODERNIDADES ASIÁTICAS
La colección del Centro Pompidou permite presentar ante el público tanto las formas modernistas de los artistas asiáticos presentes en los países occidentales (Léonard Foujita, Takanori Oguiss, Liu Haisu o Zao Wou-Ki), como las de los artistas de la escuela tradicionalista (pinturas con tinta) que optan por una alternativa cultural a la modernidad occidental. Entre estos artistas chinos y japoneses que adaptan la tradición a algunas de las características modernas, destacan algunos muy famosos hoy en día, como Zhang Daqian, Wang Yachen y Xú B?ihóng. Estas obras, introducidas por primera vez en el recorrido del museo, nos recuerdan el denso debate que agitó las comunidades artísticas asiáticas, entre la voluntad de participar en la modernidad europea y la de afirmar una.
EL FUTURISMO INTERNACIONAL
La exposición pretende mostrar la amplitud del desarrollo internacional de las vanguardias artísticas. Las salas dedicadas al «futurismo internacional» muestran la variedad de reacciones ante la propuesta futurista: simultaneismo, rayonismo, vibracionismo, sintetismo... Reúnen obras de diversas corrientes, atravesadas por la idea de la representación del movimiento y la velocidad: Balla, Boccioni, Duchamp-Villon, Picabia o Larionov. La apertura del espectro geográfico muestra importantes obras de artistas menos conocidos (Yakoulov, Baranoff-Rossiné o Souza-Cardoso). La atención especial prestada a Henry Valensi sirve para redescubrir a un artista injustamente olvidado cuya obra «musicalista» se sitúa en la frontera entre el cubismo y el futurismo.
EL EJEMPLO DE LA ARQUITECTURA INDIA
La producción arquitectónica en la India constituye un escalón mayor de la condición urbana contemporánea: la relación de la ciudad con su entorno natural —el de la arquitectura con su huella cultural— y la aceleración de la economía industrial, es abordada de frente por los arquitectos indios desde la década de 1950 y desarticula las tradicionales oposiciones entre Este y Oeste, modernidad y tradición, cultura elitista y vernácula, industria y artesanía, modernidad y espiritualidad. «Modernités plurielles» presenta el trabajo del arquitecto Raj Rewal (1934-) y los numerosos dibujos y maquetas que el arquitecto ha donado al Centro Pompidou.
Quando
11:00 - 21:00, todos los días excepto martes
La colección moderna (1905-1980) está cerrada hasta el 27 de mayo.