Nuestro edificio
El Centre Pompidou, con su estructura de cristal y metal atravesada por la luz, late en el centro de París desde 1977 como un corazón regado por arterias monumentales de colores primarios y brillantes. Concebido como un verdadero organismo vivo por sus creadores, los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, el edificio está construido en uno de los barrios más antiguos de la capital, Beaubourg, corazón palpitante de París desde la Edad Media.
El edificio en cifras
El edificio se distribuye en 10 niveles de 7 500 m2.
- Longitud: 166 m Anchura: 60 m Altura: 42 m
- 12 210 m2 dedicados a la presentación de la colección del Musée national d’art moderne
- 5 900 m2 dedicados a las exposiciones temporales
- 2 salas de cine (315 y 144 plazas)
- Una sala de espectáculos (384 plazas) y una sala de conferencias (158 plazas)
- Una biblioteca pública de lectura asociada (Biblioteca pública de información) de 10 400 m2 con capacidad para 2 200 lectores
- El centro de documentación e investigación del Museo, la Biblioteca Kandinsky, ocupa 2 600 m2
El color estructurante
Los colores fuertes del Centre Pompidou son una de sus características arquitectónicas.
Cuatro colores –azul, rojo, amarillo y verde– animan sus fachadas y visten su estructura siguiendo un código definido por los arquitectos:
- azul para la circulación del aire (conductos de aire acondicionado)
- amarillo para la circulación del circuito eléctrico (tubos y conductos)
- verde para la circulación del agua (tuberías y canaletas)
- rojo para la circulación de las personas (escaleras mecánicas y ascensores).
Un edificio emblemático
La gran Piazza –que incorpora los elementos de la piazza romana–, parte integrante del Centre Pompidou, garantiza un fuerte vínculo entre la ciudad y el edificio, permitiendo el paso más natural posible entre los dos espacios. Originalmente, el Foro se iba a abrir a la Piazza en forma de vestíbulo de estación. Resultó imposible, pero el espíritu de plaza abierta se conservó y se dotó al Foro de una fachada acristalada completamente transparente.
En este denso barrio de París, esta gran plaza rectangular al aire libre actúa como un pulmón, un lugar de vida donde se mezclan parisinos, turistas y curiosos. Un espacio para encontrarse, pasear, sentarse, contemplar...
Por fuera, la "oruga", convertida en la firma visual del edificio, trepa en forma de zigzag por la fachada del Centro Pompidou y alberga las escaleras mecánicas que conducen a los pisos superiores. Enteramente acristalada, ofrece unas vistas espectaculares de París y con cada nivel ascendido aumenta la sensación de sobrevolar la ciudad.
Un diseño flexible
En el interior, dispuestos en seis niveles, encontramos espacios totalmente modulables con una superficie de más de 7 000 m2 cada uno. Así, se pueden organizar libremente según las necesidades y adecuarse a las actividades y los proyectos propuestos. Unos espacios no definidos por su función que responden a la arriesgada apuesta de la dirección del Museo.
El Foro, un inmenso volumen de diez metros de altura, es el primer punto de encuentro con la creación. Un diseño polivalente con un núcleo central desde el que uno puede orientarse hacia todas las salas del Centre Pompidou y moverse libremente en tres niveles (-1, 0, 1).
Para dar flexibilidad de uso y juego a los volúmenes, todos los sistemas (ventilación, electricidad, agua), así como la circulación (ascensores, montacargas, escaleras mecánicas) se llevan hacia el exterior y se identifican mediante un código de color específico. No hay nada oculto: todo el interior queda expuesto al exterior. El armazón está diseñado como un juego de construcción gigante. Los elementos se repiten, encajan y se entrelazan formando un engranaje metálico regular, pintado de blanco y completamente abierto.
Apodado "Notre-Dame des Tuyaux" (Notre-Dame de los tubos) por sus detractores, a lo largo de los años el Centre Pompidou ha ido pintando con su ligereza y elegancia el paisaje parisino, que preside desde sus casi cincuenta metros de altura, y es ahora uno de los monumentos más fotografiados de la capital.
Sobre la Piazza y en el exterior del volumen aprovechable se ha agrupado todo el equipamiento relacionado con el movimiento del público. En el extremo opuesto se encuentran todo el equipamiento técnico y las canalizaciones. De esta forma, las plantas quedan completamente libres y aprovechables para cualquier forma de actividad cultural existente o por descubrir.
Renzo Piano, arquitecto del Centre Pompidou
Un logo
Cinco franjas horizontales negras alternadas con franjas blancas que evocan los diferentes niveles, todo ello atravesado por dos franjas negras en zigzag que representan a la oruga. Un boceto que refleja a la perfección la fachada y sus peculiaridades.
Creado por el diseñador Jean Widmer, actualizado en 2019, el logo recuerda cómo, más de cuarenta años después de su creación, este edificio sigue siendo un monumento indisociable de París.
Octubre de 1997 – Diciembre de 1999
El 1 de octubre de 1997, el Centre Pompidou emprendió importantes obras de remodelación. Estos trabajos de renovación, destinados a ampliar, restaurar y redistribuir los espacios, así como a mejorar el confort de recepción y de acceso al público, responden a una intención de reafirmar los valores y los retos planteados en el momento de su creación.
Cuando finalizaron las obras y el Museo de Arte Moderno reabrió sus puertas el 1 de enero de 2000, la exposición de su colección ocupaba íntegramente los niveles 4 y 5. El nivel 6 se organizó en tres espacios dedicados a exposiciones temporales. El Foro se remodeló para que su acceso resultase más fácil e intuitivo. En el nivel –1 se creó un centro destinado a actuaciones en directo, debates y al entorno audiovisual.
Septiembre de 2019 – Junio de 2021
Durante el mismo período, entre septiembre de 2019 y junio de 2021, se llevó a cabo una renovación y una modernización completas de la Oruga (la enorme escalera mecánica que discurre a lo largo de la fachada) y de la Marquesina (la entrada principal del edificio).
El objetivo de estos importantes trabajos era garantizar la continuidad y la fluidez en la recepción de visitantes.
- Recuperar una entrada única, como en la inauguración del Centre Pompidou, para favorecer la circulación de los visitantes entre sus espacios descompartimentados: Museo, biblioteca, así como salas de espectáculos, de cine o de conferencias.
- Favorecer un acceso más fluido, unas condiciones óptimas de accesibilidad, de recepción, de seguridad y de confort térmico.
Otoño de 2024 – 2030
En 2020 se trazó un programa de obras técnicas con el apoyo del Ministerio de Cultura. A través de él, se llevará a cabo, entre otros, la renovación y la eliminación del amianto de todas las fachadas, se instalará una protección contra incendios, se mejorará el acceso para las personas con movilidad reducida y se optimizará energéticamente todo el edificio.
Este importante proyecto requiere el cierre completo del edificio. Asimismo, también supone una oportunidad para crear un nuevo proyecto cultural a gran escala para el Centre Pompidou, cuya inauguración está prevista para 2030.
Calendario de trabajos previstos:
Otoño de 2024 | Cierre progresivo de los espacios de visita Inicio del traslado |
Verano de 2025 | Cierre del edificio al público Continuación del traslado |
Diciembre de 2025 | Cierre completo del edificio |
Principios de 2026 | Inicio de las obras |
2030 | Reapertura del Centro Pompidou y de la BPI (biblioteca de información pública) |
Una vista única de París
Situado en el corazón de París, en el cruce de los barrios de Halles y Marais, el Centro Pompidou ofrece una de las vistas más hermosas de la ciudad y de sus monumentos más famosos.
Como ya sugieren su plaza y sus grandes fachadas acristaladas, los pasillos de cada planta y las terrazas de los niveles 5 y 6 hacen del Centro Pompidou un edificio decididamente abierto al espacio urbano. La oruga que recorre diagonalmente su fachada permite al paseante continuar su deambular sin la ciudad, y al visitante asomarse al paisaje urbano mientras asciende.
El acceso a la oruga, las pasarelas y las terrazas es gratuito.
En el corazón de París, un corazón: un músculo, una bomba aspirante-impelente cuyo incesante latido anima sin descanso, regularmente, menos regularmente a veces, en momentos a flor de piel, un cuerpo en forma de hexágono... y, más lejos, otros cuerpos que tocan y uno toca, y así, paso a paso, un eterno nunca acabar: eso es lo que debería ser, sería, será y ya es el edificio Beaubourg. Más que un monumento, habría que rebautizarlo como un monumovimiento.
Francis Ponge, L’Écrit Beaubourg, Ediciones del Centre Georges-Pompidou, 1977