Pierre Bressan

Su trabajo, si bien extremadamente singular, parece estar en la encrucijada de varios movimientos del cine experimental y narrativo: el cine del cuerpo, el cine barroco y un cierto gusto por el vestuario y las atmósferas heredado de la Hammer. Recientemente, sus películas han sido redescubiertas, tras haber sido cuidadosamente conservadas en el sótano de su hermana durante más de treinta años. 

«Personaje muy discreto, dandi oscuro, Pierre Bressan construye, a lo largo de sus películas, un universo extremadamente coherente, muy negro, incluso gótico, donde da rienda suelta a su gusto por las poses estoicas y schroterianas, las habitaciones vacías y extrañamente iluminadas, los trajes negros, un tiempo suspendido y subexpuesto, y las luces de Nancy. Aunque su obra es muy singular, podría compararse con otras películas de la época, ya sean las adaptaciones de Poe de Roger Corman, las películas de la llamada École du Corps, o incluso del cine estático: Philippe Garrel, Yvan Lagrange, Denis Develoux y Patrice Énard. 

Hemos querido que nuestro programa sea cronológico, ya que las películas de Pierre Bressan se adaptan de maravilla a este orden: su universo se va poblando, perfeccionando, y los detalles van surgiendo... Llegaremos hasta La Dame aux Camélias, su primera incursión verdaderamente ficticia, realizada tras defender una tesis en literatura sobre Alexandre Dumas hijo. Luego llega Nuits blanches, que no se proyectará en esta sesión, un extraño thriller experimental ambientado en Nancy, en tonos amarillos, cuya maestría técnica asemeja a veces a una película hollywoodiense 
de serie B, y que ganó un premio en Clermont Ferrand ex-aequo con la primera película de Leos Carax.  

Después de estas películas, Pierre Bressan volvió a trabajar en el cine, realizando la imagen de algunos cortometrajes, entre ellos la primera película de Laetitia Masson, producida por el GREC, en la que se aprecia sensiblemente su impronta. Luego desapareció: primero de Nancy y después de la escena del cine experimental. Sus películas desaparecieron con él, bien protegidas y resguardadas en un sótano. Cuando murió, en 2011, su hermana recuperó las copias que, sorprendentemente para un cineasta experimental, estaban perfectamente ordenadas y anotadas. 

Es difícil saber por qué dejó de hacer películas de repente. Una de las hipótesis podría ser la siguiente: Pierre Bressan es uno de esos raros cineastas románticos para los que el rodaje lo es todo, llegando incluso a resultar extenuante porque requiere una inversión total, cercana a la locura. A diferencia de los cineastas que filman por encargo o por dinero, él es de los que solo trabajan llevados por un intenso deseo. Pero este fuego ardiente rara vez dura mucho: surge entonces la necesidad de parar, descansar, retirar sus películas de la circulación, al menos durante un tiempo. Ahora, diez años después de su muerte, ha llegado el momento de darles una nueva vida». 

Théo Deliyannis (extracto del catálogo del Festival des cinémas différents et expérimentaux de Paris, 2021)