Exposición / Museo
Musée en oeuvre(s)
Nouvelle présentation des collections contemporaines
20 sep 2017 - 30 dic 2019
El evento ha terminado
La planta dedicada a las colecciones contemporáneas presenta una nueva muestra. Las salas monográficas y temáticas invitan a conocer y a comprender los momentos de la creación en los últimos cuarenta años. Grandes instalaciones procedentes de finales de la década de 1960 hasta la actualidad se despliegan identificando el recorrido: del Jardin d’hiver de Dubuffet (1969-1970) al Magasin de Ben (1958-1973), del Salon d’Agam (1972-1974) a la Salle blanche de Marcel Broodthaers (1975), de Tell me de Guy de Cointet (1979) a Rubble de Monika Sosnowska (2006-2008), de Plight de Beuys (1985) al Dream Passage With Four Corridors de Bruce Nauman (1984), de Precious Liquids de Louise Bourgeois (1992) a Das Figur-Grund Problem… de Reinhard Mucha (1985), de Auditorium de Franz West (1992) al Poetics Project de Mike Kelley y Tony Oursler (1977-1987). Prestamos especial atención al panorama francés, en todas sus variantes.
Quando
11:00 - 21:00, todos los días excepto martes
Dónde
Entrevista con Bernard Blistène, director del Musée National d’Art Moderne
¿Qué directrices han guiado la nueva muestra de las colecciones contemporáneas?
Bernard Blistène - No es una muestra, en el sentido provisional del término, sino una presentación de las colecciones más estable que las que se han hecho en el pasado. Se inscribe en la misma línea que rige la planta de las colecciones modernas: la rearticulación de las vanguardias, los movimientos fundadores y las figuras del arte moderno para que el público pueda captar sesenta años de creación. Puesto que disponemos de un espacio limitado para desplegar la colección, he decidido seguir en esta línea y poner el acento en obras esenciales que ofrezcan al público puntos de referencia claros para comprender el panorama artístico contemporáneo.
¿Cómo lo ha hecho?
BB - El principio es sencillo: dar una lectura histórica de la colección más que tratarla de manera puramente subjetiva, siendo conscientes de sus ventajas y de sus carencias.
¿Cuáles son?
BB - Una colección nunca es exhaustiva. Claro que el Centre Pompidou puede estar orgulloso de haber formado, gracias a la perspicacia de los equipos científicos y a la generosidad de donadores de todo tipo, una de las dos colecciones de arte moderno y contemporáneo más bellas del mundo. Pero la colección exhaustiva no existe y no existirá jamás. ¿Cómo podría existir? ¿Y para qué? En las colecciones contemporáneas abundan los grandes conjuntos y las monografías esenciales. En este sentido, también reflejan los compromisos sucesivos de quienes las han hecho. Es importante: «el compromiso —dice un filósofo— es una decisión que se toma para una causa imperfecta». La fórmula me parece adecuada. No estamos aquí para tener razón en todo, sino para revelar, según una lógica y una serie de compromisos que hemos tomado, la complejidad de la historia y la diversidad de las propuestas que llegan de muchas partes.
La colección es global. ¿Cómo se demuestra?
BB - La colección es global, efectivamente. Y lo es desde hace mucho tiempo. Es algo que se sabe si se conoce un poco la historia de cómo se han ido constituyendo las colecciones públicas de Francia. Tenemos el claro deber de dar a conocer toda la complejidad de lo moderno y de lo contemporáneo. Sin embargo, me parece peligroso contemplar la idea, aunque sea un instante, de coleccionarlo todo y de correr el riesgo de acrecentar la confusión y el «principio de equivalencia» que reinan en el ámbito de la creación actual, donde todo vale, todo es equivalente, intercambiable, obviando la historia y sus diferencias. Existen escenas y contextos —ahora hay quien desaprueba esta noción— que están íntimamente relacionados con lo que somos. Nuestra misión es saber identificarlos y mostrar su singularidad en comparación con los demás.
Esta nueva presentación experimenta con secuencias que incluyen artistas con inquietudes parecidas: Carl Andre está junto a Rasheed Araeen, Marcel Broodthaers junto a Dmitri Prigov, Guy de Cointet junto a Bas Jan Ader, Sophie Calle junto a Louise Bourgeois, Thomas Schütte junto a Aldo Rossi… Estos acercamientos, en lugar de ser extravagantes, ofrecen un análisis crítico.
Ha dado prioridad a obras de grandes dimensiones, incluso podríamos hablar de entornos. ¿Por qué?
BB - No únicamente. Pero es cierto que estas obras de gran formato, de gran magnitud, son una de las riquezas de nuestra colección. Constituyen un paradigma en sí mismas y, en muchos casos, son «todo un programa». Fíjese en el Jardin d’hiver de Dubuffet, El Magasin de Ben, el Dream Passage With Four Corridors de Bruce Nauman, Plight de Joseph Beuys, Precious Liquids de Louise Bourgeois, Das Figur-Grund Problem… de Reinhard Mucha y otras muchas. La colección conserva hoy más de un millar de entornos e instalaciones imposibles de presentar a la vez, pero estos inducen una confrontación espacial, física y psíquica con el visitante que me parece digna de ser provocada.
¿Qué hacen con lo que no está expuesto?
BB - ¡Sin duda lo que intentamos hacer aquí! Enseñarlo bien, de forma explícita y a veces dialéctica, en lugar de enseñarlo todo. Formar conjuntos coherentes, momentos del relato contemporáneo, para que el público siga teniendo ganas de explorar una colección que queremos prestar a múltiples socios. Añadamos a ello los futuros lugares que deseamos crear.
Ha asociado, con ocasión de esta reapertura, obras prestadas por diferentes Frac (Fondos Regionales de Arte Contemporáneo). ¿Con qué objetivo?
BB - Un ministro de la Cultura decía en su época, acerca del Centre Pompidou, que debía ser «la central de la descentralización». El Centre Pompidou no ha olvidado esta idea y sus 40 años nos dan la oportunidad de rendir homenaje a las instituciones que se empeñan en dar a conocer y en exponer el arte de nuestro tiempo. Los Frac han cumplido y cumplen un papel esencial. Es el sentido que queremos dar a esta presentación; hemos elegido obras de artistas que aún no están en la colección del Centre Pompidou.
Para el recorrido de la colección contemporánea ¿han mantenido el principio de las salas-informe que acompañan la colección moderna?
BB - En cierto sentido, sí, aunque las formas arquitectónicas de los espacios sean diferentes. De hecho, estamos trabajando en varios proyectos para encontrar una continuidad entre ambos niveles del museo; no es que queramos inscribir la presentación de las colecciones en una narración uniforme, pero en una colección rica, enciclopédica y multidisciplinar como la nuestra, tienen cabida ampliaciones o profundizaciones sobre temas y asuntos relacionados tanto con el pasado del arte moderno como con la diversidad estética y geopolítica de nuestra época.
Source :
in Code Couleur, n°29, septembre-décembre 2017, pp. 14-19.