Exposición / Museo
Christian Boltanski
Cumplir una etapa
13 nov 2019 - 16 mar 2020
El evento ha terminado
A través de una cincuentena de obras que acompasan el recorrido de Christian Boltanski, esta amplia travesía por la obra de una de las mayores figuras de la creación de nuestra época permite medir su amplitud y ambición, marcadas por su historia y por medio siglo de meditaciones sobre la función y la voz del artista en nuestras sociedades.
Treinta y cinco años han pasado desde la primera exposición de Christian Boltanski en el Centre Pompidou. Concebida por el propio Boltanski como una amplia deambulación en el corazón de su obra, esta nueva exposición no pretende tanto ser una retrospectiva como una serie de secuencias que marcan las etapas y las metamorfosis de su propósito.
Quando
11:00 - 21:00, todos los días excepto martes
Nocturno los jueves (23:00)
Dónde
Presentaciòn por el comisario de la exposiciòn
A través de una cincuentena de obras que acompasan el recorrido de Christian Boltanski, esta amplia travesía por la obra de una de las mayores figuras de la creación de nuestra época permite medir su amplitud y ambición, marcadas por su historia personal y por medio siglo de meditaciones sobre la función y la voz del artista en nuestras sociedades.
Treinta y cinco años han pasado desde la primera exposición de Christian Boltanski en el Centre Pompidou. Treinta y cinco años que han visto cómo se metamorfoseaba la obra en los años 1980, cuando el artista, abandonando su gusto por los archivos y los inventarios que le habían dado a conocer como una de las principales figuras de un arte de la memoria, empezó a desarrollar en amplias instalaciones y dispositivos una obra en forma de lecciones de tinieblas y de meditación sobre la muerte.
«Faire son temps» (Cumplir una etapa) quiere aquí rendir cuenta de ese paso de «pequeñas formas» a «grandes formas». Concebida por el propio Boltanski como una amplia deambulación en el corazón de su obra, la exposición no pretende tanto ser una retrospectiva como una serie de secuencias que marcan las etapas y las metamorfosis de su propósito. Unas primeras salas que recuerdan cómo Boltanski, autodidacta, concibió sus piezas fundadoras, partiendo de una reflexión sobre la fotografía y cualquier forma de bricolaje y reconstituciones relativas a la infancia y al pasado de todo ser humano. Instalaciones frágiles que componen Théâtres d’ombres (Teatros de sombras) teñidos de sobrenatural y un apego a las artes escénicas que ya no negará. Vastos entornos con luces temblorosas que invitan a descubrir, en la penumbra de salas iluminadas por las propias obras, una reflexión en forma de recogimiento sobre la desaparición en el anonimato y sobre las tan fugaces huellas.
Ya que, arqueólogo tanto de su propia historia como de la de todos, Boltanski se ha metamorfoseado, a lo largo de medio siglo de creaciones, en «mitólogo». Del relato de la infancia al de los cuentos y leyendas que descubre y reinventa hoy en día hasta el fin del mundo, Boltanski busca deshacerse de él mismo para fundirse con la historia de los hombres. Vasta empresa donde las haya, que le lleva siempre más lejos, en busca no tanto del tiempo perdido como de tierras desconocidas, ricas en relatos que se pierden en el tiempo.
Christian Boltanski ya no sigue únicamente las huellas reales y ficticias de su propia vida. Ya no se describe, como tampoco pretende hacer un inventario o un retrato de alguien en particular. «Escribir, como dice tan maravillosamente Maurice Blanchot, es entregarse corriendo el riesgo de que falte el tiempo donde reina el reinicio eterno. Es pasar del Yo al Él, de forma que lo que me ocurre a mí no le ocurre a nadie, es anónimo por el hecho de que eso me concierne, se repite en una diseminación eterna».
Para concebir este recorrido que mezcla todas las formas y los soportes que conforman su estética y hacen de la propia exposición una obra en sí, Christian Boltanski ha querido reunir algunas de las piezas más emblemáticas de su historia: de Vitrines de références (Vitrinas de referencias) a L’Album de la famille D (El álbum de la familia D), de Habits de François C (Prendas de François C) a Reliquaires (Relicarios), de Théâtres d’ombres (Teatros de sombras) a Monuments (Monumentos), de Réserves (Reservas) a Tombeaux (Sepulcros), de Cœur battant (Corazón palpitante) de Teshima a las almas de los muertos de Animitas, de Autels (Altares) a los fantasmas de Misterios, el recorrido propone un «pasado recompuesto» en el que solo se podrá fantasear, haciendo eco al texto de Arlette Farge, sensible a las «vidas frágiles» que, en La atracción del archivo, publicado en 1989 advierte: «No se resucitan las vidas que han ido a parar al archivo. No es un motivo para que mueran una segunda vez. El espacio es estrecho para elaborar un relato que no las anule ni las disuelva, que las mantenga disponibles para que un día, en otro lugar, se haga otra narración de su enigmática presencia».
Es de este «espacio» que trata la obra de Christian Boltanski. Aquí, se entiende que el tiempo, en todos sus aspectos y formas que reviste, es su cómplice. «Salida» y «Llegada», tal cartel de estación o de feria, se dirigen al visitante en la entrada y la salida de los meandros de la exposición, recordándole sin duda que la obra ayuda a facilitar el viaje y olvidar el destino. Entretanto, aprovechamos para sugerir a cada visitante que aprenda y sepa tomarse su tiempo.
Source :
Bernard Blistène, Director del Musée National d’Art Moderne, Centre Pompidou,
Comisario de la exposición
In Code couleur n°35, septiembre-diciembre 2019, p. 20-23
Socios