Exposición / Museo
« The Clock » de Christian Marclay
17 may - 2 jul 2014
El evento ha terminado
The Clock es un mecanismo regulado con la precisión de un relojero que nos indica la hora en tiempo real, minuto a minuto, durante veinticuatro horas. Para componer esta obra, Christian Marclay ha trabajado con miles de extractos provenientes de toda la historia del cine. De las comedias en blanco y negro a las series de cine B, de las películas de vanguardia a las de suspense: todas muestran el tiempo que pasa a través de una multitud de planos de relojes, despertadores, alarmas, acciones o diálogos que ilustran el implacable paso del tiempo.
Christian Marclay siempre ha usado el cine como un repertorio para seleccionar extractos.
Su práctica del préstamo, de la muestra, de la cita, lo enmarca en la herencia del dadaísmo y de Marcel Duchamp, y da fe de las acciones emancipadoras de Fluxus así como de las estrategias del pop art o la invitación al «Do It Yourself» punk. También tiene la marca del cine experimental, que usa el préstamo y el montaje como un componente esencial de las películas independientes. Christian Marclay alcanza el virtuosismo de la estética del fragmento con The Clock. El tiempo —esa noción eminentemente abstracta y sin duda tiránica— se encarna en los deseos, miedos, frustraciones, esperanzas, alegrías y desesperaciones que dividen el desfile de imágenes que componen la obra. La historia del cine se confunde con nuestra historia personal, nuestro reloj biológico crea un abismo vertiginoso en el que nos convertimos, por mediación del tiempo real, en contemporáneos de los actores de ficción. The Clock se convierte en una máquina del tiempo que viaja por todo un siglo de la historia del cine. Marclay usa esta discontinuidad para crear una continuidad temporal. Ciertas escenas recurrentes en la pantalla —puertas que se abren o se cierran, gente que se encuentra o se separa, acciones que hablan del día a día— anclan este paso del tiempo en nuestra memoria, que recupera el recuerdo de las horas que marcan nuestra vida. A veces, la carrera contra el tiempo se hace frenética, molesta nuestra visión perturbada por esa amplificación entrecortada que desestabiliza el relato.
El sonido interpreta su propia partitura. Marclay lo utiliza como un pegamento en una inmensa sinfonía que aúna timbres de teléfono, tic-tac de relojes, lluvia, ruido de pasos, idiomas extranjeros, gritos, risas, llantos, música. Los equivalentes formales entre el tiempo y la música se hacen más sensibles que nunca. Marclay concibe The Clock como una obra musical que posee su propio tempo y sus ritmos, que nos hace presos de esas sonoridades ruidosas que se confunden a veces con nuestro pulso cardíaco. The Clock es un enorme «memento mori». Una obra sobre el tiempo parece también materializar el aviso del poeta y metafísico inglés John Donne: «Nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti».
Adquisición conjunta del Centre Pompidou (Musée National d'Art Moderne, París), del Israël Museum (Jerusalén) y de la Tate (Londres).
Con la participación de D. y D.ª Christian de Dancourt, D. Olivier Diaz, D. y D.ª Philippe Durand-Ruel, D. y D.ª Otto Fried, D.ª Jacqueline Frydman, D. y D.ª Guerrand-Hermès, D. Philippe Houzé, D. y D.ª Jean-Claude Marian, D. y D.ª Salomon, D. y D.ª François Trèves, D. y D.ª Antoine Winckler, 2012.
Quando
11:00 - 21:00, todos los días excepto martes