Cine / video
Teresa Villaverde
Rétrospective en présence de la cinéaste
14 - 30 jun 2019
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Teresa Villaverde occupe une place singulière dans le paysage cinématographique européen. Elle réalise son premier long métrage, Alex (A Idade Maior), à 25 ans à peine, en 1991. Elle connaît l’unanimité critique en 1998, avec Os Mutantes, film sauvage qui met en scène des adolescents en rupture totale, présenté en sélection officielle Un Certain regard, au Festival de Cannes, la même année, et qui reste l’emblème de son cinéma rageur et irrémédiablement féminin. Suivront notamment Transe, en 2006, puis Cisne, en 2011. La cinéaste portugaise tourne son regard, depuis le début des années 1990 vers les laissés-pour-compte de la construction européenne, enfants et adolescents, femmes isolées, candidats à la migration.
Dans une économie réduite, elle construit une œuvre constituée aujourd’hui de plus de 10 films, tous présentés dans les festivals internationaux, dont la radicalité n’est pas la moindre cohérence, mêlant poésie pure et engagement, s’autorisant des détours réguliers vers le fantastique. Alors que Contre ton cœur, son nouveau long métrage, sort en salle, le Centre Pompidou rend hommage à Teresa Villaverde, pour la 1ère fois en France, à travers une rétrospective complète qu’elle accompagne aux côtés de ses invités (Maria de Medeiros, Mireille Perrier, Robinson Stévenin et le cinéaste Tonino De Bernardi).
La cinéaste lusophone donne une masterclasse, animée par Antoine Guillot, et présente également un court métrage inédit, Ou en êtes-vous, Teresa Villaverde ?, réalisé au Brésil, à la demande du Centre Pompidou, dans le cadre de sa collection éponyme.
Quando
todos los días excepto martes
Dónde
Entrevista con Teresa Villaverde
Ha realizado más de diez películas desde 1991. ¿Cómo ha evolucionado su trabajo?
Teresa Villaverde ‑ Esta es una pregunta que podría parecer fácil de contestar, pero no lo es para mí. Francamente, creo que cada vez que dirijo una película (estoy hablando de largometrajes), siempre parto de terreno desconocido. Hay algo que me atrae hacia allá donde voy. Voy hasta allí, pero es algo nuevo y cada vez tengo la impresión de que se trata de un proceso totalmente nuevo. La experiencia es una preciosa aliada. Hace ganar tiempo. La experiencia permite encontrar el camino más rápidamente y, con suerte, caer en menos trampas. Comencé relativamente joven. Conseguí un presupuesto para dirigir mi primera película a los 22 años. Creo también que mi evolución como directora está íntimamente ligada a mi evolución personal. Esa es quizá una de las razones por las que me es difícil responder a esta pregunta. Dónde me encuentro hoy, y qué ha cambiado realmente en mí desde mis inicios como directora: esa es quizá también la cuestión, y la verdad es que no sé como responder. Quizá la mayor diferencia es que al principio veía las películas que hacía desde dentro. Ahora, incluso mientras estoy dirigiéndolas, puedo verlas más desde fuera. Pero la verdad es que no sé si podemos hablar de evolución en este caso. Probablemente es solo una diferencia, y es posible que un día vuelva a cambiar.
En 2011 dijo: «La fuerza de los frágiles representa la belleza, mientras que la de los poderosos es algo obsceno. ». ¿Cree que la frase puede reflejar su relación con el cine?
TV ‑ Puede ser. Pero creo que hoy soy quizá menos radical, más tolerante y capaz de ver la belleza en distintos niveles y lugares. Tal vez lo que más me afecta es la arrogancia e ignorancia de la gente que busca el poder, el poder de aplastar a los demás, el poder de tener más. Y, si lo pensamos, el poder no solo es peligroso, sino igualmente vacío y vulgar. El poder no es nada delante de la belleza. Pero destruye, mata a la gente... Sí, aunque no piense todo el tiempo en estos temas, mis películas reflejan generalmente muchas de estas paradojas.
Maria de Medeiros, Ana Moreira, Beatriz Batarda… crea personajes femeninos de calado. ¿Le gusta trabajar particularmente con actrices?
TV ‑ Me encanta trabajar con gente increíble, me encantan los actores, y me apasionan las actrices que acaba de mencionar. Son el alma de las películas. Una de las cosas más gratificantes para una directora es cuando las actrices te dan más de lo que creían tener y más de lo que les habías pedido. Estoy profundamente agradecida a estas personas, que me han hecho vivir grandes momentos de mi vida. En Colo, podríamos decir que el personaje principal es un hombre y también fue igual de fantástico trabajar con él. No creo que haya diferencia entre trabajar con un hombre o con una mujer. También he trabajado con hombres maravillosos y con niños absolutamente maravillosos.
Colo, su última película, traslada a la pantalla el impacto humano de la crisis que atraviesa el sur de Europa. ¿Diría que es una película política?
TV ‑ Sí, pero en el sentido en el que tantas cosas de nuestra vida también lo son. A veces, en período de crisis, otras crisis que estaban ahí antes se vuelven más visibles. En el caso de Colo, no creo que la película hable de lo que todo el mundo llamaba, en aquel momento, la crisis, sino de crisis que estaban ahí mucho antes y que aún lo están. Por ejemplo, la soledad de la gente que vive en las ciudades, la falta de amor por su trabajo, el hastío de la vida cotidiana, y así sucesivamente.
Source :
Entrevista realizada por Sylvie Pras y Amélie Galli
Servicio de cines, Departamento de Desarrollo Cultural
In Code couleur n°34, mayo-agosto 2019, p. 56-58
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