Barthes, en sortant du cinéma

Roland Barthes (1915-1980) fue a la vez crítico literario, lingüista, sociólogo, escritor y filósofo. Una figura excepcional entre los intelectuales de su generación, tanto por el carácter inclasificable de su obra como por el inmenso éxito de su pensamiento, que aún está muy presente en el mundo de las letras. Y aunque se destaque menos, Barthes fue también crítico, teórico y pensador del cine, e incluso actor en una película de 1977: Les Sœurs Brontë de André Téchiné. El título de estos encuentros en torno a Barthes y al cine se inspira en un famoso texto que publicó en 1975, titulado «Al salir del cine», que empieza con esta frase: «El sujeto que aquí habla ha de reconocer algo: le gusta salir de una sala de cine». Encontramos aquí una especie de alegoría de la paradójica relación de Barthes con el cine: es tanto una relación de extrema familiaridad con este arte, el acto extraordinario de salir de una sala oscura entre el murmurante cortejo de espectadores, como la expresión de una reticencia declarada, una manera de darle la espalda al cine. Incluso llegó a declarar que no le gustaba el cine; sin embargo, le dedicó incontables páginas. Es sin duda la razón por la que la relación de Barthes con el cine se conoce tan poco, por lo que se impone ahora una actualización de los hechos a través de estas jornadas que se celebran con ocasión del centenario de su nacimiento.

Barthes es sin duda el pensador que - junto a Gilles Deleuze y Jacques Rancière— más le ha dado al cine. Una mirada rápida a sus Obras completas deja entrever la permanente relación con el séptimo arte, desde su primer texto publicado que dedica al director Robert Bresson en 1943, hasta el último - pocos días antes de su accidente mortal del 25 de febrero de 1980—, en el que Barthes pronuncia, en presencia de Antonioni en Bolonia, con ocasión de la entrega del premio Archiginnedio d’Oro, un discurso titulado «Querido Antonioni…». La relación es tan intensa, que unas jornadas sobre «Barthes y el cine» equivalen a proponer una pequeña «historia del cine» del siglo XX de Barthes. Estas noches no se contentan con explorar lo que el cine representó para la vida y la obra de Barthes a través de su escritura crítica; sino que pretenden también mostrar lo que la mirada «resistente» de Barthes aportó a la facilidad del cine, y puede aportar aún a la creación y al pensamiento cinematográfico actual. Así pues, los grandes nombres del cine y de la crítica que se darán cita en estas jornadas recordarán tanto la camaradería de Barthes con los cinéfilos de su tiempo, sus amistades, como la manera en que abordó el cine desde fuera, a través de la sociología en primer lugar, luego de la semiología, para terminar con el propio «placer», para revelarlo de otro modo. Una ocasión para explorar esa relación crítica e íntima, esa escritura reticente y ávida a la vez que constituye la pasión del cine.