Exposición / Museo
Beat Generation
22 jun - 3 oct 2016
El evento ha terminado
La generación beat —un movimiento literario y artístico surgido a finales de la década de 1940 en Estados Unidos tras acabar la Segunda Guerra Mundial y en los comienzos de la Guerra Fría— escandalizará a los Estados Unidos puritanos y macartistas, e inaugurará la liberación cultural, sexual y el modo de vida de la juventud de los años sesenta. Rechazaban el cientificismo y los ideales tecnológicos occidentales, el racismo y la homofobia; defendían una nueva ética tribal y el uso de psicotrópicos. Fueron una fuente de inspiración directa para los movimientos de Mayo del 68, de oposición a la guerra de Vietnam o para los jipis de Berkeley o Woodstock. El Centre Pompidou dedica esta exposición inédita al movimiento beat, resituándolo en un entorno amplificado con más de 500 obras: fotos, dibujos, pinturas, collages, películas y sonidos, de Nueva York a Tánger pasando por París. En paralelo a la exposición, la Bpi y el Ircam han programado una serie de eventos relacionados: lecturas, conciertos, encuentros, ciclo de cine...
Quando
11:00 - 23:00, todos los jueves
11:00 - 21:00, todos los lunes, miércoles, viernes, sábados, domingos
Todos los jueves hasta las 23:00: sesión nocturna
Dónde
Entrevista con Jean-Jacques Lebel, co-comisario de la exposición
¿Se puede hablar de «filiación» entre surrealistas y escritores beat?
No habría que hablar de filiación, sino más bien aludir a las afinidades concretas entre la escritura automática de los surrealistas y la «spontaneous prose» o la «spontaneous Bop prosody» de Kerouac. En cuanto a Carl Solomon —a quien está dedicado Aullido, el poema-manifiesto de Ginsberg—, se identificó con Artaud tras la trágica representación en el teatro Vieux-Colombier, cuando este, en 1947, sufrió un ataque psicótico en público. Solomon salió tan afectado que al volver a Nueva York pidió que lo internaran y exigió que lo sometieran a electrochoques, como a Artaud. En 1943, con tan solo quince años, el poeta Philip Lamantia, cofundador del movimiento beat, escribió a André Breton para notificarle su adhesión al surrealismo y enviarle varios poemas que fueron publicados en la revista surrealista neoyorquina View. Bob Kaufman y Ted Joans, beatniks afroamericanos, se autodenominaron surrealistas. Algunos textos de McClure, Corso o Ferlinghetti están muy impregnados de surrealismo. Se trata de conexiones rizómicas, no de delimitaciones. Las fuentes de la poesía beat no son solo americanas; al contrario, son muy variadas, transculturales y asiáticas en muchos casos.
La exposición presenta la etapa parisina de los artistas beat. ¿Puede explicarnos mejor esta etapa de la historia del movimiento?
Lo esencial de lo que los poetas beat vinieron buscando a París se resume en la foto de Ginsberg sentado en su cama en el Beat Hotel de la rue Gît-le-Cœur, bajo una reproducción del retrato de Rimbaud hecha por Fantin-Latour y el cartel de una exposición de Cézanne. El Rimbaud de Une saison en enfer fue como un «faro» para ellos, en el sentido baudelairiano. Respecto a Cézanne, Ginsberg explica que quiso recoger en su prosodia el método espacio-analítico del pintor. Burroughs ultimó sus «scrapbooks» y escribió varios libros en el Beat Hotel. Gysin inventó el cut-up y su dreamachine. Ferlinghetti presentó su tesis sobre Prévert en la Sorbonne. Corso escribió textos decisivos en París y Ámsterdam. Ya es hora de levantar el velo con el que determinados exégetas universitarios estadounidenses y chovinistas taparon la etapa de París y Europa. Esta exposición completa y amplía otra que organicé en 2013-2014 en el Centre Pompidou-Metz y en otros cuatro museos europeos. Ponemos los relojes en hora a la manera de Desnos: «Poema, no te pregunto qué hora es, te la doy».
Usted fue uno de los actores del movimiento y enlace con Estados Unidos. ¿Cómo ocurrió?
En primer lugar, como traductor —Ginsberg me fichó en cuanto nos conocimos en 1957— y luego como organizador de lecturas públicas y amigo de Corso, Ferlinghetti, McClure, Orlovsky y el propio Ginsberg. Ya en 1958, presenté a Ginsberg, Corso, Burroughs y Gysin a mi red cercana: Duchamp, Man Ray, Péret… Mi Anthologie de la poésie de la Beat Generation se publicó en 1965, gracias a Maurice Nadeau. Cuando me llevé la sorpresa de leer en las paredes de París, en Mayo del 68, largas citas de mis traducciones de Aullido, escritas de manera anónima, tomé consciencia del gran impacto que tuvo esta poesía. Se despegó de la página impresa para transformarse en acción social. «La poesía debe ser hecha por todos. No por uno», escribía Lautréamont. El sueño se había hecho realidad ¡por fin!
Jean-Jacques Lebel
Source :
in Code Couleur, n°25, mayo-agosto 2016, pp.16-21
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