Exposición / Museo
Martha Wilson en Halifax
1972-1974
20 oct 2021 - 31 ene 2022
El evento ha terminado
Martha Wilson, « Red Head », 1973 Don de CHANEL Fund for Women in the Arts and Culture - Amis du Centre Pompidou, 2019. Courtesy of Martha Wilson, mfc-michèle didier and P.P.O.W. Gallery © Centre Pompidou, Mnam-Cci/RMN-GP
Martha Wilson, personalidad única en la historia del arte estadounidense, es una de las primeras artistas en usar su cuerpo para cuestionar las representaciones sociales de lo femenino. Su trabajo pionero realizado a principios de la década de 1970 muestra su posición radical y desafiante hacia las prácticas estéticas de los artistas conceptuales masculinos de la época. El Centre Pompidou le dedica, con más de cuarenta obras reunidas, su primera exposición monográfica en una institución francesa.
Martha Wilson, « Red Head », 1973 Don de CHANEL Fund for Women in the Arts and Culture - Amis du Centre Pompidou, 2019. Courtesy of Martha Wilson, mfc-michèle didier and P.P.O.W. Gallery © Centre Pompidou, Mnam-Cci/RMN-GP
Nacida en 1947 en Filadelfia, Martha Wilson comienza a principios de los 70 a escenificarse sola frente a la cámara experimentando con el vídeo, la fotografía y el texto. Entonces era profesora de literatura inglesa en la Universidad de Arte y Diseño de Nueva Escocia, en la ciudad canadiense de Halifax.
Un lugar muy frecuentado por los artistas del panorama conceptual norteamericano –principalmente masculinos–, donde la artista rompe con los códigos del género convirtiendo su propia imagen en el material principal de su obra. Así transforma y disfraza su apariencia y revisa con humor corrosivo los estereotipos identitarios de la América neoliberal. Desde el principio, su obra se afirma a través de un lenguaje muy personal que se fundamenta en la relación performativa que establece entre el autorretrato fotográfico y su comentario, inscrito en el marco de la imagen. Sobre el desarrollo de esta forma en el siglo XX, para Wilson la performance «es el lugar de intersección entre la imagen y el texto». Realiza así conjuntamente vídeos de acciones corporales, involucrando a su propia persona en procesos de desfiguración extrema. Su crítica no apunta únicamente al espejo social de lo femenino, sino que busca cuestionar los contramodelos derivados de la cultura feminista.
En un momento de crecimiento acelerado del mercado internacional del arte, ella apunta de manera más amplia, con lucidez intransigente, a la creación de la identidad y el valor del artista, subrayada por la precariedad de ser artista mujer.
La exposición del Centre Pompidou, que cubre el periodo desde su estancia en Halifax, de 1972 hasta su traslado a Nueva York en 1974, muestra la materialización de estos gestos radicales. Desde Breast Forms Permutated (1972), una ácida burla de las cuadrículas abstractas del minimalismo, hasta A Portfolio of Models (1974), deambulando por los clichés atribuidos a la psicología femenina, la artista esculpe un lenguaje lacónico y contundente.
En su serie Posturing trastoca los juegos de rol al explorar el deseo de alteridad: Posturing: Drag (1972) muestra, por ejemplo, cómo intenta encarnar a un hombre que posa como una mujer. Siguiendo la estela de los análisis del sociólogo Ervin Goffman (La presentación de la persona en la vida cotidiana, 1956), Martha Wilson explora sutilmente la vida cotidiana como una mascarada y la función del lenguaje en las representaciones. En ciertos aspectos, su trabajo presagia las reflexiones que Judith Butler dedicará a la performatividad del género. E introduce estrategias que seguirán otras artistas contemporáneas, como Eleanor Antin, Martha Rosler y Cindy Sherman, cuestionando a través del travestismo femenino y su deconstrucción discursiva la asignación social de la imagen. Ya en 1973, la obra de Martha Wilson interesa a la crítica de arte Lucy Lippard, quien, en su exposición C. 7.500 (1973-1974), contextualiza sus primeras piezas como parte de su investigación pionera en las prácticas conceptuales feministas.
La actividad artística de Martha Wilson se extiende rápidamente a un compromiso colectivo con la cultura clandestina y el activismo artístico que impulsaron las batallas culturales de Nueva York de los años 70 y 80. En 1976 crea el Franklin Furnace, un lugar para programas públicos y un archivo dedicado a libros de artistas y otras manifestaciones temporales de los movimientos artísticos alternativos, al margen de las instituciones. Dos años después, funda el grupo de música femenina DISBAND, cuyas integrantes, se especifica, no saben tocar ningún instrumento: vocalidad desenfrenada, ruido y amateurismo punk despliegan una crítica satírica del mundo del arte y de la vida política. También es célebre por sus performances de stand-up en las que imita en particular a las primeras damas de los presidentes estadounidenses, figuras públicas asignadas principalmente a un papel de imagen, descritas por ella como ciudadanas de segunda clase. Con su libertad e irreverencia artística, Martha Wilson busca en permanencia cuestionar los valores estéticos, comerciales y políticos establecidos.
Quando
11:00 - 21:00, todos los días excepto martes
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