Play a Kandinsky
Inmersión en los colores del sonido con Google y Play a Kandinsky
El proyecto digital "En la intimidad de Kandinsky", realizado en colaboración con Google Arts & Culture, es una inmersión en el universo del pionero de la abstracción, así como una ocasión única para descubrir, a través de la herramienta inmersiva y lúdica Play a Kandinsky, el excepcional don de sinestesia del pintor, que "veía" la música en colores.
Poca gente lo sabe, pero, al igual que David Hockney, Pharrell Williams o... Billie Eilish, Vassily Kandisky veía la música en colores, es decir, asociaba cada color a un sonido y viceversa (un talento que solo tiene el 4 % de la humanidad).
Play a Kandinsky utiliza el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. ¿Cómo funciona?
Encuentro con el artista sonoro Antoine Bertin
AB — Trabajamos con una herramienta llamada Google Transformer, que simula a una red neuronal biológica. Viene a ser un algoritmo que se ha enseñado a sí mismo lo que es la música. Google lo "alimenta" con casi todo y el algoritmo se entrena con miles de horas de música, ya sea clásica, pop o jazz. De hecho, ¡la máquina ha escuchado desde los Beatles a Chopin, Tchaikovsky o Bon Jovi! Y luego introducimos los famosos archivos musicales de Kandinsky, el piano, instrumentos de viento como flautas u oboes... A partir de ahí, el algoritmo, que llamamos "no supervisado", genera melodías por sí mismo.
¿Y el papel de los humanos en todo esto?
AB — Para nosotros era importante dejar que la máquina se expresara sobre lo que puede ser la música de Kandinsky, no limitarla a un simple papel de generadora de propuestas censuradas por los humanos. Obtenemos entonces una especie de "fósil" de lo que Kandinsky podría haber escuchado, y a partir de ahí hay una gran interpretación, tratando de alcanzar lo universal. Descartamos muchas propuestas que podrían haberse considerado "torpes" o "poco elegantes" desde el punto de vista de un músico... Mi función era servir de intermediario entre la máquina y las teorías de Kandinsky. Trabajé un poco como un "DJ de códigos", tomando muestras y ensamblando elementos. Al final, el resultado es una forma de actualización, una puesta al día de lo que Kandinsky podría haber escuchado, porque hay sonidos sintéticos que él no pudo conocer en su momento.
¿Qué aprendió de Kandinsky al convivir virtualmente con él?
AB — Me gustó mucho conocerlo. Ahora hasta le tengo cariño... ¡es un colega artista! Pero lo que más me llamó la atención fue que, aunque creaba una pintura muy viva y poética, en la vida real era una persona extremadamente rigurosa, científica, casi friki me atrevería a decir. Tanto es así que cuando lo leí me pregunté si era la misma persona. Creo que necesitaba un marco rígido para ir más allá. Kandinsky utilizó la música para pintar: ese fue su camino hacia la abstracción.